El astrónomo y director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Antofagasta, Eduardo Unda-Sanzana, fue destacado en un extenso artículo del prestigioso diario estadounidense The New York Times. Dicho reconocimiento se debe a su incansable labor en la generación de evidencia científica sobre los impactos de la contaminación lumínica en los prístinos cielos de Chile, especialmente en la zona norte, cruciales para la observación astronómica global. La oscuridad es lo que me permite ver con más claridad. Es el medio a través del cual puedo observar los detalles más sutiles del universo. Es como cuando se necesita silencio para oír los ruidos más suaves, expresó el facultativo al medio norteamericano. The New York Times subraya la paradoja de la región de Antofagasta. Si bien su oscuridad natural ha propiciado la instalación de los instrumentos astronómicos más avanzados del planeta, esta misma cualidad está hoy gravemente amenazada. La calidad de estos cielos oscuros está bajo una presión creciente. El aumento de la población, el desarrollo de instalaciones solares, eólicas y de litio, y la consecuente proliferación de luz artificial, están contaminando progresivamente conforme al paso del tiempo. No obstante, el astrónomo sigue su misión de proteger la oscuridad del desierto, haciendo experimentos para demostrar cómo la contaminación lumínica ya está invadiendo este espacio y compartiendo sus hallazgos al país, especialmente con políticos y empresas. Con todo, Unda-Sanzana, quien actualmente dirige un programa de maestría y doctorado con estudiantes de Chile, Alemania e India, enfatizó a The New York Times la gravedad de la situación. Si perdemos estos cielos, no sólo los perderemos nosotros, sino que los perderá toda la humanidad. Su llamado fue a la acción y a la conciencia sobre la importancia de proteger este patrimonio natural y científico, vital para el avance del conocimiento humano sobre el universo.
El astrónomo y director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Antofagasta, Eduardo Unda-Sanzana, fue destacado en un extenso artículo del prestigioso diario estadounidense The New York Times. Dicho reconocimiento se debe a su incansable labor en la generación de evidencia científica sobre los impactos de la contaminación lumínica en los prístinos cielos de Chile, especialmente en la zona norte, cruciales para la observación astronómica global. La oscuridad es lo que me permite ver con más claridad. Es el medio a través del cual puedo observar los detalles más sutiles del universo. Es como cuando se necesita silencio para oír los ruidos más suaves, expresó el facultativo al medio norteamericano. The New York Times subraya la paradoja de la región de Antofagasta. Si bien su oscuridad natural ha propiciado la instalación de los instrumentos astronómicos más avanzados del planeta, esta misma cualidad está hoy gravemente amenazada. La calidad de estos cielos oscuros está bajo una presión creciente. El aumento de la población, el desarrollo de instalaciones solares, eólicas y de litio, y la consecuente proliferación de luz artificial, están contaminando progresivamente conforme al paso del tiempo. No obstante, el astrónomo sigue su misión de proteger la oscuridad del desierto, haciendo experimentos para demostrar cómo la contaminación lumínica ya está invadiendo este espacio y compartiendo sus hallazgos al país, especialmente con políticos y empresas. Con todo, Unda-Sanzana, quien actualmente dirige un programa de maestría y doctorado con estudiantes de Chile, Alemania e India, enfatizó a The New York Times la gravedad de la situación. Si perdemos estos cielos, no sólo los perderemos nosotros, sino que los perderá toda la humanidad. Su llamado fue a la acción y a la conciencia sobre la importancia de proteger este patrimonio natural y científico, vital para el avance del conocimiento humano sobre el universo.