En Chile se está desarrollando una ambiciosa cartera de 51 proyectos de infraestructura hídrica vinculados a la desalinización y reúso de agua, con una inversión estimada en US$24.500 millones, según un catastro elaborado por la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (Acades) y la Corporación de Bienes de Capital (CBC). Las iniciativas, distribuidas entre las etapas de ingeniería y construcción, apuntan principalmente a cuatro sectores: minería, industria, sanitario e hidrógeno verde. De ellos, la minería sigue siendo el motor principal, lo que explica la concentración de proyectos en la zona norte del país. Actualmente, Chile ya cuenta con 32 plantas desalinizadoras de gran escala que en conjunto alcanzan una capacidad instalada de 14.227 litros por segundo (L/s). Entre las más relevantes se encuentran la planta de Minera Escondida, con 3.858 L/s, y las de Econssa y CAP en Caldera, que abastecen tanto consumo humano como operaciones industriales. El catastro indica que de los proyectos en carpeta, 15 corresponden a la minería (US$9.299 millones), ocho a la industria (US$2.672 millones), otros ocho al sector sanitario (US$5.237 millones) y 20 al hidrógeno verde (US$7.247 millones). En total, suman una capacidad proyectada de 39.043 L/s. La Región de Antofagasta lidera ampliamente la inversión, con 17 proyectos valorados en más de US$10.800 millones y una capacidad superior a 21.000 L/s. Destaca el megaproyecto Aguas Marítimas de Cramsa, con una inversión de US$4.000 millones y una capacidad de 8.100 L/s, que busca abastecer a La Negra, Antofagasta Norte y Calama. En cuanto al avance, 10 proyectos se encuentran en construcción (US$7.195 millones), mientras que 41 están en fases de ingeniería (US$17.260 millones). De ellos, 16 ya cuentan con Resolución de Calificación Ambiental favorable, 12 están en evaluación y 23 aún no ingresan al SEIA. “Estos resultados reflejan que la desalación dejó de ser solo un recurso minero o sanitario para transformarse en un pilar estructural de la gestión hídrica nacional, con potencial clave en la industria del hidrógeno verde”, destacó Orlando Castillo, gerente de la CBC. Por su parte, Rafael Palacios, director ejecutivo de Acades, llamó a acelerar la tramitación de permisos. “Hoy una desaladora demora 139 meses en obtener autorizaciones. Es urgente reducir ese tiempo en al menos un 30% para entregar reglas claras y garantizar seguridad hídrica al país”, señaló.
En Chile se está desarrollando una ambiciosa cartera de 51 proyectos de infraestructura hídrica vinculados a la desalinización y reúso de agua, con una inversión estimada en US$24.500 millones, según un catastro elaborado por la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (Acades) y la Corporación de Bienes de Capital (CBC). Las iniciativas, distribuidas entre las etapas de ingeniería y construcción, apuntan principalmente a cuatro sectores: minería, industria, sanitario e hidrógeno verde. De ellos, la minería sigue siendo el motor principal, lo que explica la concentración de proyectos en la zona norte del país. Actualmente, Chile ya cuenta con 32 plantas desalinizadoras de gran escala que en conjunto alcanzan una capacidad instalada de 14.227 litros por segundo (L/s). Entre las más relevantes se encuentran la planta de Minera Escondida, con 3.858 L/s, y las de Econssa y CAP en Caldera, que abastecen tanto consumo humano como operaciones industriales. El catastro indica que de los proyectos en carpeta, 15 corresponden a la minería (US$9.299 millones), ocho a la industria (US$2.672 millones), otros ocho al sector sanitario (US$5.237 millones) y 20 al hidrógeno verde (US$7.247 millones). En total, suman una capacidad proyectada de 39.043 L/s. La Región de Antofagasta lidera ampliamente la inversión, con 17 proyectos valorados en más de US$10.800 millones y una capacidad superior a 21.000 L/s. Destaca el megaproyecto Aguas Marítimas de Cramsa, con una inversión de US$4.000 millones y una capacidad de 8.100 L/s, que busca abastecer a La Negra, Antofagasta Norte y Calama. En cuanto al avance, 10 proyectos se encuentran en construcción (US$7.195 millones), mientras que 41 están en fases de ingeniería (US$17.260 millones). De ellos, 16 ya cuentan con Resolución de Calificación Ambiental favorable, 12 están en evaluación y 23 aún no ingresan al SEIA. “Estos resultados reflejan que la desalación dejó de ser solo un recurso minero o sanitario para transformarse en un pilar estructural de la gestión hídrica nacional, con potencial clave en la industria del hidrógeno verde”, destacó Orlando Castillo, gerente de la CBC. Por su parte, Rafael Palacios, director ejecutivo de Acades, llamó a acelerar la tramitación de permisos. “Hoy una desaladora demora 139 meses en obtener autorizaciones. Es urgente reducir ese tiempo en al menos un 30% para entregar reglas claras y garantizar seguridad hídrica al país”, señaló.