En una decisión trascendental y en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el Concejo Comunal ha aprobado esta semana una crucial ordenanza municipal destinada a la protección y conservación de los humedales urbanos. Este nuevo instrumento jurídico, fruto de un proceso participativo con diversos actores del Comité Comunal de Medio Ambiente (CCMA), permitirá salvaguardar tres importantes espacios naturales: Aguada La Chimba, Salar del Carmen y Vertientes de la Chimba Norte. La ordenanza, cuya articulado fue aprobado en la sesión del 22 de mayo por el CCMA —integrado por universidades locales, servicios públicos y fundaciones ambientales—, no solo regula estos ecosistemas vitales, sino que también establece la conformación del Comité Comunal de Humedales. Este comité tendrá la tarea de elaborar planes de trabajo específicos para la materia, asegurando una gestión efectiva y coordinada. El proceso de elaboración de la normativa incluyó activamente observaciones de servicios públicos, organizaciones sociales y actores locales, incorporando además los lineamientos técnicos del Ministerio del Medio Ambiente. Esta aprobación no solo cumple con una obligación legal pendiente desde la entrada en vigencia de la Ley N° 21.202, sino que también considera a los humedales urbanos como infraestructura ecológica esencial para las ciudades. La normativa habilita la creación de convenios y alianzas para la investigación, y define claramente las actividades permitidas y prohibiciones en estos espacios, fijando un régimen de infracciones y multas clasificadas en leves, graves y gravísimas. Ante esto, Rafael Castro, administrador municipal, calificó este hito como un hecho histórico que nos permite saldar una deuda de casi cinco años desde la promulgación de la ley y el reglamento de humedales urbanos. Subrayó que esta medida responde a la necesidad de darle un acento hacia la sostenibilidad y el cuidado de nuestros ecosistemas complejos. Por su parte, el concejal Camilo Kong, quien participó activamente en las mesas de trabajo del CCMA, enfatizó el carácter colaborativo de este logro.Hoy como municipio se cumple una deuda que es finalmente, entre las organizaciones e instituciones correspondientes, se levanta una ordenanza municipal, para conservar y proteger este patrimonio natural que tenemos, aseveró Kong. Entre las disposiciones más relevantes de la nueva ordenanza se destacan: La creación de un Comité Comunal de Humedales, compuesto por organizaciones territoriales, instituciones públicas y la propia Municipalidad, encargado de asegurar la gestión y conservación efectiva de estos ecosistemas. La elaboración y mantenimiento de un catastro municipal de humedales, el cual será de acceso público para fomentar la transparencia y el conocimiento ciudadano. Establecimiento de criterios estrictos para prevenir la fragmentación de hábitats, alteraciones hídricas o la contaminación de los cuerpos de agua. Implementación de un sistema de fiscalización y sanciones, con multas que podrán ascender hasta las 5 UTM para quienes infrinjan la normativa, garantizando el cumplimiento de la ley. Finalmente, esta ordenanza representa un paso significativo en la protección ambiental, sentando las bases para un desarrollo urbano más armónico y respetuoso con la rica biodiversidad local.
En una decisión trascendental y en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el Concejo Comunal ha aprobado esta semana una crucial ordenanza municipal destinada a la protección y conservación de los humedales urbanos. Este nuevo instrumento jurídico, fruto de un proceso participativo con diversos actores del Comité Comunal de Medio Ambiente (CCMA), permitirá salvaguardar tres importantes espacios naturales: Aguada La Chimba, Salar del Carmen y Vertientes de la Chimba Norte. La ordenanza, cuya articulado fue aprobado en la sesión del 22 de mayo por el CCMA —integrado por universidades locales, servicios públicos y fundaciones ambientales—, no solo regula estos ecosistemas vitales, sino que también establece la conformación del Comité Comunal de Humedales. Este comité tendrá la tarea de elaborar planes de trabajo específicos para la materia, asegurando una gestión efectiva y coordinada. El proceso de elaboración de la normativa incluyó activamente observaciones de servicios públicos, organizaciones sociales y actores locales, incorporando además los lineamientos técnicos del Ministerio del Medio Ambiente. Esta aprobación no solo cumple con una obligación legal pendiente desde la entrada en vigencia de la Ley N° 21.202, sino que también considera a los humedales urbanos como infraestructura ecológica esencial para las ciudades. La normativa habilita la creación de convenios y alianzas para la investigación, y define claramente las actividades permitidas y prohibiciones en estos espacios, fijando un régimen de infracciones y multas clasificadas en leves, graves y gravísimas. Ante esto, Rafael Castro, administrador municipal, calificó este hito como un hecho histórico que nos permite saldar una deuda de casi cinco años desde la promulgación de la ley y el reglamento de humedales urbanos. Subrayó que esta medida responde a la necesidad de darle un acento hacia la sostenibilidad y el cuidado de nuestros ecosistemas complejos. Por su parte, el concejal Camilo Kong, quien participó activamente en las mesas de trabajo del CCMA, enfatizó el carácter colaborativo de este logro.Hoy como municipio se cumple una deuda que es finalmente, entre las organizaciones e instituciones correspondientes, se levanta una ordenanza municipal, para conservar y proteger este patrimonio natural que tenemos, aseveró Kong. Entre las disposiciones más relevantes de la nueva ordenanza se destacan: La creación de un Comité Comunal de Humedales, compuesto por organizaciones territoriales, instituciones públicas y la propia Municipalidad, encargado de asegurar la gestión y conservación efectiva de estos ecosistemas. La elaboración y mantenimiento de un catastro municipal de humedales, el cual será de acceso público para fomentar la transparencia y el conocimiento ciudadano. Establecimiento de criterios estrictos para prevenir la fragmentación de hábitats, alteraciones hídricas o la contaminación de los cuerpos de agua. Implementación de un sistema de fiscalización y sanciones, con multas que podrán ascender hasta las 5 UTM para quienes infrinjan la normativa, garantizando el cumplimiento de la ley. Finalmente, esta ordenanza representa un paso significativo en la protección ambiental, sentando las bases para un desarrollo urbano más armónico y respetuoso con la rica biodiversidad local.