Una grave crisis enfrenta la Unidad Cardiovascular del Hospital Regional de Antofagasta, donde ya se cumplen más de quince días sin realizar cirugías cardíacas, un escenario que pone en riesgo la vida de pacientes de toda la macrozona norte. Así lo advirtió el jefe de la unidad, el doctor Javier Labbé, quien detalló que la suspensión de procedimientos afecta a pacientes que requieren intervenciones urgentes en plazos de 24 a 48 horas, pero que hoy llevan semanas e incluso meses esperando. El especialista explicó que la gravedad es crítica: “Pacientes que deberían operarse en una semana llevan meses esperando. Esto puede convertir una cirugía compleja pero controlable en un caso irreparable”. Actualmente, existen 54 cirugías urgentes pendientes en la macrozona, de las cuales Antofagasta resuelve habitualmente unas 30 al mes. Según Labbé, la suspensión de cirugías responde a la falta de especialistas y al cierre de camas en la UCI cardiovascular, cuyo funcionamiento requiere al menos 12 médicos de turno. Hoy, solo cuenta con la mitad. El equipo —compuesto por cardiólogos, anestesistas cardiovasculares, cirujanos y especialistas afines— ha debido doblar turnos durante años ante la falta de refuerzos, lo que derivó en agotamiento extremo y renuncias progresivas. El problema, asegura, es estructural. “Hace seis años que no llega un cardiólogo nuevo. No existe política de formación de especialistas en la región”, afirmó, agregando que formar un cardiólogo puede tomar más de diez años. Labbé denunció que propuestas concretas enviadas al Servicio de Salud han sido ignoradas, pese a que este organismo es el responsable de asegurar la continuidad asistencial. “No he tenido reunión con el director del hospital ni con el Servicio de Salud. He enviado muchas propuestas, pero no hay respuesta”, lamentó. Entre las soluciones sugeridas están contratar turnos externos desde Santiago, redistribuir médicos en formación o implementar un programa regional de formación de especialistas, como ya ocurre en otras regiones. Sin embargo, ninguna ha sido acogida. La crisis trasciende Antofagasta: la unidad recibe pacientes desde Arica hasta Copiapó, siendo el único centro cardioquirúrgico entre Arica y Viña del Mar. “Si no puedo operar, ¿para qué sirve un cirujano cardíaco?”, cuestionó Labbé, quien advierte que la falta de respuesta amenaza la continuidad del programa cardíaco más relevante del norte del país. La situación evidencia un colapso silencioso que afecta la salud pública regional y que, pese a su gravedad, aún no cuenta con medidas concretas por parte de las autoridades. Vea la entrevista acá:
Una grave crisis enfrenta la Unidad Cardiovascular del Hospital Regional de Antofagasta, donde ya se cumplen más de quince días sin realizar cirugías cardíacas, un escenario que pone en riesgo la vida de pacientes de toda la macrozona norte. Así lo advirtió el jefe de la unidad, el doctor Javier Labbé, quien detalló que la suspensión de procedimientos afecta a pacientes que requieren intervenciones urgentes en plazos de 24 a 48 horas, pero que hoy llevan semanas e incluso meses esperando. El especialista explicó que la gravedad es crítica: “Pacientes que deberían operarse en una semana llevan meses esperando. Esto puede convertir una cirugía compleja pero controlable en un caso irreparable”. Actualmente, existen 54 cirugías urgentes pendientes en la macrozona, de las cuales Antofagasta resuelve habitualmente unas 30 al mes. Según Labbé, la suspensión de cirugías responde a la falta de especialistas y al cierre de camas en la UCI cardiovascular, cuyo funcionamiento requiere al menos 12 médicos de turno. Hoy, solo cuenta con la mitad. El equipo —compuesto por cardiólogos, anestesistas cardiovasculares, cirujanos y especialistas afines— ha debido doblar turnos durante años ante la falta de refuerzos, lo que derivó en agotamiento extremo y renuncias progresivas. El problema, asegura, es estructural. “Hace seis años que no llega un cardiólogo nuevo. No existe política de formación de especialistas en la región”, afirmó, agregando que formar un cardiólogo puede tomar más de diez años. Labbé denunció que propuestas concretas enviadas al Servicio de Salud han sido ignoradas, pese a que este organismo es el responsable de asegurar la continuidad asistencial. “No he tenido reunión con el director del hospital ni con el Servicio de Salud. He enviado muchas propuestas, pero no hay respuesta”, lamentó. Entre las soluciones sugeridas están contratar turnos externos desde Santiago, redistribuir médicos en formación o implementar un programa regional de formación de especialistas, como ya ocurre en otras regiones. Sin embargo, ninguna ha sido acogida. La crisis trasciende Antofagasta: la unidad recibe pacientes desde Arica hasta Copiapó, siendo el único centro cardioquirúrgico entre Arica y Viña del Mar. “Si no puedo operar, ¿para qué sirve un cirujano cardíaco?”, cuestionó Labbé, quien advierte que la falta de respuesta amenaza la continuidad del programa cardíaco más relevante del norte del país. La situación evidencia un colapso silencioso que afecta la salud pública regional y que, pese a su gravedad, aún no cuenta con medidas concretas por parte de las autoridades. Vea la entrevista acá: