Sorprende comprobar la vigencia de la frase “nadie es profeta en su tierra”. En Antofagasta abundan ejemplos de hombres y mujeres que, nacidos al pie del ancla, han llevado el nombre de la ciudad más allá de sus fronteras, pero que aquí permanecen en el anonimato o, peor aún, en el olvido. Un caso reciente confirma que, muchas veces, las oportunidades de triunfo se encuentran en la ribera del Mapocho. Así ocurrió cuando Fernando Alvarado obtuvo el premio “Vicente Bianchi” al musicalizar el poema “A ese alguien” de Hernán Rivera Letelier, con la interpretación de Aurora Collao. La obra fue presentada en el Paseo Prat, en medio de una ceremonia que unió música y fotografía. Hoy, sumando nuevos reconocimientos, Aurora Collao –“Aurofónica”– resultó ganadora del IX Concurso Vittorio Cintolessi , con la canción “Yo vengo a hacer amigos”, interpretada junto a sus hijos Fernando (9) y Rocío de las Nieves (3). Una obra que invita a la fraternidad infantil y que emociona desde los primeros versos, con un coro entrañable que declara: “Yo vengo a hacer amigos, yo vengo a jugar”. No es la primera vez que la historia se repite. José Goles triunfó en Santiago con “El paso del pollo” antes de ser reconocido en su tierra. Gamelín Guerra esperó meses para que grabaran “En Mejillones yo tuve un amor”, que primero sonó en la bohemia capitalina y recién después llegó a la ciudad que inspiró la canción. Gastón Soublette, nacido en Antofagasta, brilló filosofando en el Chile central. Por ello es justo destacar los logros de Aurora Collao y Fernando Alvarado, quienes, añorando siempre su norte, sembraron su arte en otros territorios. Tal vez aquellos versos que cantan sobre partir con la esperanza de nuevas aventuras reflejen lo que sintieron al dejar Antofagasta. Lo cierto es que llegaron… y lo hicieron para enaltecer el nombre de esta tierra estéril, pero fértil en creadores. Te invitamos a disfrutar de este hermosa e integradora canción Yo vengo a hacer amigos:
Sorprende comprobar la vigencia de la frase “nadie es profeta en su tierra”. En Antofagasta abundan ejemplos de hombres y mujeres que, nacidos al pie del ancla, han llevado el nombre de la ciudad más allá de sus fronteras, pero que aquí permanecen en el anonimato o, peor aún, en el olvido. Un caso reciente confirma que, muchas veces, las oportunidades de triunfo se encuentran en la ribera del Mapocho. Así ocurrió cuando Fernando Alvarado obtuvo el premio “Vicente Bianchi” al musicalizar el poema “A ese alguien” de Hernán Rivera Letelier, con la interpretación de Aurora Collao. La obra fue presentada en el Paseo Prat, en medio de una ceremonia que unió música y fotografía. Hoy, sumando nuevos reconocimientos, Aurora Collao –“Aurofónica”– resultó ganadora del IX Concurso Vittorio Cintolessi , con la canción “Yo vengo a hacer amigos”, interpretada junto a sus hijos Fernando (9) y Rocío de las Nieves (3). Una obra que invita a la fraternidad infantil y que emociona desde los primeros versos, con un coro entrañable que declara: “Yo vengo a hacer amigos, yo vengo a jugar”. No es la primera vez que la historia se repite. José Goles triunfó en Santiago con “El paso del pollo” antes de ser reconocido en su tierra. Gamelín Guerra esperó meses para que grabaran “En Mejillones yo tuve un amor”, que primero sonó en la bohemia capitalina y recién después llegó a la ciudad que inspiró la canción. Gastón Soublette, nacido en Antofagasta, brilló filosofando en el Chile central. Por ello es justo destacar los logros de Aurora Collao y Fernando Alvarado, quienes, añorando siempre su norte, sembraron su arte en otros territorios. Tal vez aquellos versos que cantan sobre partir con la esperanza de nuevas aventuras reflejen lo que sintieron al dejar Antofagasta. Lo cierto es que llegaron… y lo hicieron para enaltecer el nombre de esta tierra estéril, pero fértil en creadores. Te invitamos a disfrutar de este hermosa e integradora canción Yo vengo a hacer amigos: