La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) dio marcha atrás con el plazo que había establecido para la eliminación de las tarjetas de coordenadas, un anuncio que había generado incertidumbre entre los usuarios. El organismo informó que los bancos tendrán más tiempo para implementar nuevos sistemas de seguridad y autenticación antes de retirar definitivamente este método de verificación. El plazo es de un año para que la normativa entre en vigencia. A poco más de una semana de haber comunicado el fin de las tarjetas de coordenadas, la CMF rectificó la medida y comunicó una extensión del plazo para que los bancos puedan adaptarse a los nuevos estándares de seguridad. La decisión se tomó con el objetivo de otorgar a los emisores de medios de pago, como los bancos, el tiempo necesario para desarrollar e implementar sistemas de autenticación más robustos y confiables. Finalmente, la normativa original de la CMF buscaba reforzar la seguridad en las operaciones bancarias, estableciendo que las tarjetas de coordenadas debían ser reemplazadas por métodos más modernos y seguros. Sin embargo, la brevedad del plazo generó preocupación en la industria financiera, que solicitó una revisión de la medida para garantizar una transición sin contratiempos para los clientes. Con esta postergación, las tarjetas de coordenadas seguirán siendo válidas para realizar pagos y transferencias hasta nuevo aviso, brindando un margen de tiempo para que las entidades bancarias puedan ofrecer alternativas seguras y accesibles a sus usuarios.
A partir del 1 de agosto, la Norma de Carácter General N° 538 entró en vigencia, obligando a los emisores de tarjetas a implementar mecanismos de seguridad más robustos que reemplazan el uso de las tradicionales tarjetas de coordenadas. Estos nuevos sistemas incluyen autenticación multifactorial, cifrado de datos y medidas de seguridad reforzadas para claves. Si bien esta medida busca modernizar y aumentar la seguridad de las transacciones electrónicas, alineándose con estándares internacionales, también presenta desafíos. El SERNAC ha identificado que la brecha digital podría afectar a las personas mayores, quienes podrían tener dificultades para adaptarse a los nuevos métodos de verificación electrónica. Ante este panorama, el SERNAC hace un llamado a la acción a los proveedores de servicios financieros, destacando su rol crucial en este proceso. Deben llevar a cabo campañas de educación y proporcionar información clara y oportuna para que todos los consumidores comprendan los cambios y cómo migrar a las nuevas opciones. Asimismo, la entidad emitió una serie de recomendaciones para los consumidores: Infórmese con su banco sobre los nuevos métodos disponibles y no dude en solicitar ayuda. Active sistemas de seguridad adicionales, como la verificación biométrica o un token digital, si su banco los ofrece. Nunca comparta sus claves o códigos con nadie, ni siquiera con quien se identifique como parte de la institución bancaria. Exija canales de atención inclusivos. Si tiene dificultades tecnológicas, tiene el derecho a ser atendido y guiado sin discriminación. Finalmente, este cambio aunque beneficioso para la seguridad en general, requiere de una atención especial a los segmentos más vulnerables de la población para garantizar que nadie quede excluido del sistema financiero debido a la falta de adaptabilidad tecnológica.
La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) dio marcha atrás con el plazo que había establecido para la eliminación de las tarjetas de coordenadas, un anuncio que había generado incertidumbre entre los usuarios. El organismo informó que los bancos tendrán más tiempo para implementar nuevos sistemas de seguridad y autenticación antes de retirar definitivamente este método de verificación. El plazo es de un año para que la normativa entre en vigencia. A poco más de una semana de haber comunicado el fin de las tarjetas de coordenadas, la CMF rectificó la medida y comunicó una extensión del plazo para que los bancos puedan adaptarse a los nuevos estándares de seguridad. La decisión se tomó con el objetivo de otorgar a los emisores de medios de pago, como los bancos, el tiempo necesario para desarrollar e implementar sistemas de autenticación más robustos y confiables. Finalmente, la normativa original de la CMF buscaba reforzar la seguridad en las operaciones bancarias, estableciendo que las tarjetas de coordenadas debían ser reemplazadas por métodos más modernos y seguros. Sin embargo, la brevedad del plazo generó preocupación en la industria financiera, que solicitó una revisión de la medida para garantizar una transición sin contratiempos para los clientes. Con esta postergación, las tarjetas de coordenadas seguirán siendo válidas para realizar pagos y transferencias hasta nuevo aviso, brindando un margen de tiempo para que las entidades bancarias puedan ofrecer alternativas seguras y accesibles a sus usuarios.
A partir del 1 de agosto, la Norma de Carácter General N° 538 entró en vigencia, obligando a los emisores de tarjetas a implementar mecanismos de seguridad más robustos que reemplazan el uso de las tradicionales tarjetas de coordenadas. Estos nuevos sistemas incluyen autenticación multifactorial, cifrado de datos y medidas de seguridad reforzadas para claves. Si bien esta medida busca modernizar y aumentar la seguridad de las transacciones electrónicas, alineándose con estándares internacionales, también presenta desafíos. El SERNAC ha identificado que la brecha digital podría afectar a las personas mayores, quienes podrían tener dificultades para adaptarse a los nuevos métodos de verificación electrónica. Ante este panorama, el SERNAC hace un llamado a la acción a los proveedores de servicios financieros, destacando su rol crucial en este proceso. Deben llevar a cabo campañas de educación y proporcionar información clara y oportuna para que todos los consumidores comprendan los cambios y cómo migrar a las nuevas opciones. Asimismo, la entidad emitió una serie de recomendaciones para los consumidores: Infórmese con su banco sobre los nuevos métodos disponibles y no dude en solicitar ayuda. Active sistemas de seguridad adicionales, como la verificación biométrica o un token digital, si su banco los ofrece. Nunca comparta sus claves o códigos con nadie, ni siquiera con quien se identifique como parte de la institución bancaria. Exija canales de atención inclusivos. Si tiene dificultades tecnológicas, tiene el derecho a ser atendido y guiado sin discriminación. Finalmente, este cambio aunque beneficioso para la seguridad en general, requiere de una atención especial a los segmentos más vulnerables de la población para garantizar que nadie quede excluido del sistema financiero debido a la falta de adaptabilidad tecnológica.