Durante la jornada de este martes, se dio a conocer que el diputado Sebastián Videla denunció públicamente que la empresa Soquimich (SQM), división Yodo, ha presentado una reclamación judicial para anular la resolución que declaró al río Loa como humedal urbano. Esta resolución fue publicada el pasado 19 de mayo en el Diario Oficial y protege más de 500 hectáreas dentro del límite urbano de Calama. Hoy quiero alzar la voz por Calama y por todo el norte. Esta es una amenaza directa a un logro ciudadano que costó años de trabajo conjunto entre organizaciones ambientales, el municipio y la comunidad. Es inaceptable que una empresa pretenda, vía judicial, eliminar una figura que resguarda uno de nuestros ecosistemas más importantes, afirmó el parlamentario. Asimismo, el congresista realizó un llamado urgente al Ministerio del Medio Ambiente y a la Superintendencia de Medio Ambiente para que se pronuncien ante este intento de invalidar una herramienta legal que protege el río Loa y su entorno. Como bien dijo el alcalde de Calama: ‘Estamos orgullosos de la minería, pero así no’. La protección ambiental no puede quedar supeditada a intereses económicos. Defender el río Loa es defender el futuro del norte, enfatizó. Finalmente, el legislador hizo un llamado a las agrupaciones sociales y ambientales a mantenerse en alerta y unidas frente a este nuevo intento de retroceso. El río Loa se defiende. El norte se respeta, fustigó.
En pleno corazón del desierto más árido del mundo, el Río Loa ha sido oficialmente declarado Humedal Urbano por el Ministerio del Medio Ambiente. Esta importante designación abarca una superficie aproximada de 518 hectáreas y se extiende entre las comunas de Calama y María Elena, en la Región de Antofagasta. Su reconocimiento busca proteger este valioso ecosistema y fomentar un desarrollo urbano que respete y conviva con la naturaleza. El Río Loa es mucho más que un curso de agua: es un verdadero corredor biológico que conecta las zonas altoandinas con los valles bajos. En este espacio conviven numerosas especies de flora y fauna, muchas de ellas únicas en el mundo. Se han identificado al menos 55 especies de vertebrados, entre peces, reptiles, aves y mamíferos, de las cuales 47 son nativas y 4 endémicas, es decir, que no existen en ningún otro lugar del planeta. Uno de los grandes protagonistas de este ecosistema es el pejerrey del Loa (Basilichthys semotilus), una especie de pez microendémica que actualmente se encuentra en peligro de extinción. También habitan en el sector reptiles como el Liolaemus paulinae y mamíferos como el zorro culpeo (Lycalopex culpaeus) y varias especies de murciélagos, además del majestuoso halcón peregrino (Falco peregrinus). En cuanto a la vegetación, se han registrado cerca de 20 especies de plantas vasculares, la mayoría nativas. Entre ellas destaca la Atriplex atacamensis (cachiyuyo), una especie endémica del norte chileno que, además de su valor ecológico, cumple un rol fundamental en la filtración de contaminantes. También se han encontrado algas verdes filamentosas que forman parte de la vida acuática del humedal. Pero este ecosistema no solo aporta a la biodiversidad. También cumple servicios ecosistémicos fundamentales: proporciona agua potable a Calama, sirve para actividades productivas como la agricultura, ganadería y minería, y ayuda a regular posibles inundaciones. Además, es un lugar con valor cultural y espiritual para los pueblos originarios, y ofrece espacios para la observación de aves y la educación ambiental. Con la declaración como Humedal Urbano, cualquier obra o proyecto que se realice en la zona deberá cumplir con estrictos criterios de sustentabilidad, asegurando que el equilibrio natural del lugar no se vea afectado. Las labores que realiza el Ministerio de Obras Públicas, como la limpieza del cauce o el mantenimiento de las riberas, serán parte del manejo sustentable del humedal urbano.
Durante la jornada de este martes, se dio a conocer que el diputado Sebastián Videla denunció públicamente que la empresa Soquimich (SQM), división Yodo, ha presentado una reclamación judicial para anular la resolución que declaró al río Loa como humedal urbano. Esta resolución fue publicada el pasado 19 de mayo en el Diario Oficial y protege más de 500 hectáreas dentro del límite urbano de Calama. Hoy quiero alzar la voz por Calama y por todo el norte. Esta es una amenaza directa a un logro ciudadano que costó años de trabajo conjunto entre organizaciones ambientales, el municipio y la comunidad. Es inaceptable que una empresa pretenda, vía judicial, eliminar una figura que resguarda uno de nuestros ecosistemas más importantes, afirmó el parlamentario. Asimismo, el congresista realizó un llamado urgente al Ministerio del Medio Ambiente y a la Superintendencia de Medio Ambiente para que se pronuncien ante este intento de invalidar una herramienta legal que protege el río Loa y su entorno. Como bien dijo el alcalde de Calama: ‘Estamos orgullosos de la minería, pero así no’. La protección ambiental no puede quedar supeditada a intereses económicos. Defender el río Loa es defender el futuro del norte, enfatizó. Finalmente, el legislador hizo un llamado a las agrupaciones sociales y ambientales a mantenerse en alerta y unidas frente a este nuevo intento de retroceso. El río Loa se defiende. El norte se respeta, fustigó.
En pleno corazón del desierto más árido del mundo, el Río Loa ha sido oficialmente declarado Humedal Urbano por el Ministerio del Medio Ambiente. Esta importante designación abarca una superficie aproximada de 518 hectáreas y se extiende entre las comunas de Calama y María Elena, en la Región de Antofagasta. Su reconocimiento busca proteger este valioso ecosistema y fomentar un desarrollo urbano que respete y conviva con la naturaleza. El Río Loa es mucho más que un curso de agua: es un verdadero corredor biológico que conecta las zonas altoandinas con los valles bajos. En este espacio conviven numerosas especies de flora y fauna, muchas de ellas únicas en el mundo. Se han identificado al menos 55 especies de vertebrados, entre peces, reptiles, aves y mamíferos, de las cuales 47 son nativas y 4 endémicas, es decir, que no existen en ningún otro lugar del planeta. Uno de los grandes protagonistas de este ecosistema es el pejerrey del Loa (Basilichthys semotilus), una especie de pez microendémica que actualmente se encuentra en peligro de extinción. También habitan en el sector reptiles como el Liolaemus paulinae y mamíferos como el zorro culpeo (Lycalopex culpaeus) y varias especies de murciélagos, además del majestuoso halcón peregrino (Falco peregrinus). En cuanto a la vegetación, se han registrado cerca de 20 especies de plantas vasculares, la mayoría nativas. Entre ellas destaca la Atriplex atacamensis (cachiyuyo), una especie endémica del norte chileno que, además de su valor ecológico, cumple un rol fundamental en la filtración de contaminantes. También se han encontrado algas verdes filamentosas que forman parte de la vida acuática del humedal. Pero este ecosistema no solo aporta a la biodiversidad. También cumple servicios ecosistémicos fundamentales: proporciona agua potable a Calama, sirve para actividades productivas como la agricultura, ganadería y minería, y ayuda a regular posibles inundaciones. Además, es un lugar con valor cultural y espiritual para los pueblos originarios, y ofrece espacios para la observación de aves y la educación ambiental. Con la declaración como Humedal Urbano, cualquier obra o proyecto que se realice en la zona deberá cumplir con estrictos criterios de sustentabilidad, asegurando que el equilibrio natural del lugar no se vea afectado. Las labores que realiza el Ministerio de Obras Públicas, como la limpieza del cauce o el mantenimiento de las riberas, serán parte del manejo sustentable del humedal urbano.