Este sábado fueron recapturados los tres reos que habían protagonizado una cinematográfica fuga desde la cárcel de Valparaíso el pasado 15 de agosto. Se trata de Claudio Fornes Vicuña (34), Jairo González Miranda (25) y Juan González Quezada (27), todos condenados por delitos de homicidio, quienes fueron sorprendidos en la ciudad de Copiapó tras intensas diligencias policiales. El fiscal jefe de Valparaíso, Elizardo Tapia, explicó que la clave para dar con su paradero fue el seguimiento realizado por el OS9 de Carabineros, que logró reunir imágenes mientras los fugados se desplazaban hacia el norte, lo que motivó controles carreteros en la Región de Atacama. Según la investigación, los tres internos pretendían salir del país a través de Bolivia, plan que habrían diseñado en conjunto y que explica por qué permanecieron unidos durante toda la huida. Tapia detalló que la fuga no fue improvisada, sino que contó con apoyo externo, logística, financiamiento e incluso preparación física: los reos bajaron de peso para facilitar su salida entre los barrotes de la celda. Además, se detuvo a un conductor vinculado a los prófugos, cuya participación previa aún se investiga. El Ministerio Público abrió tres líneas de indagación: asegurar que los reos cumplan íntegramente sus condenas, identificar a la red de colaboradores externos que facilitó el escape y establecer si hubo responsabilidad, ya sea por dolo o negligencia, de funcionarios de Gendarmería. Según Tapia, uno de los internos ejercía como líder del grupo, lo que refuerza la hipótesis de una fuga organizada con anticipación y con un plan claro de evasión internacional.
Este sábado fueron recapturados los tres reos que habían protagonizado una cinematográfica fuga desde la cárcel de Valparaíso el pasado 15 de agosto. Se trata de Claudio Fornes Vicuña (34), Jairo González Miranda (25) y Juan González Quezada (27), todos condenados por delitos de homicidio, quienes fueron sorprendidos en la ciudad de Copiapó tras intensas diligencias policiales. El fiscal jefe de Valparaíso, Elizardo Tapia, explicó que la clave para dar con su paradero fue el seguimiento realizado por el OS9 de Carabineros, que logró reunir imágenes mientras los fugados se desplazaban hacia el norte, lo que motivó controles carreteros en la Región de Atacama. Según la investigación, los tres internos pretendían salir del país a través de Bolivia, plan que habrían diseñado en conjunto y que explica por qué permanecieron unidos durante toda la huida. Tapia detalló que la fuga no fue improvisada, sino que contó con apoyo externo, logística, financiamiento e incluso preparación física: los reos bajaron de peso para facilitar su salida entre los barrotes de la celda. Además, se detuvo a un conductor vinculado a los prófugos, cuya participación previa aún se investiga. El Ministerio Público abrió tres líneas de indagación: asegurar que los reos cumplan íntegramente sus condenas, identificar a la red de colaboradores externos que facilitó el escape y establecer si hubo responsabilidad, ya sea por dolo o negligencia, de funcionarios de Gendarmería. Según Tapia, uno de los internos ejercía como líder del grupo, lo que refuerza la hipótesis de una fuga organizada con anticipación y con un plan claro de evasión internacional.