Esta fecha, ha adoptado distintos nombres, Día de San Valentín, Día de los enamorados o Día del amor y la amistad, pero ¿cuál es el origen de esta celebración tan particular? Esta festividad, asimilada por la iglesia católica, se remonta al siglo III en Roma, donde un sacerdote llamado Valentín se opuso a la orden del emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, considerando que los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras y vínculos sentimentales. Valentín, opuesto al decreto del emperador, comenzó a celebrar en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se popularizó que San Valentín sea el patrón de los enamorados). Al enterarse, Claudio II sentenció a muerte a San Valentín, el 14 de febrero del año 270, alegando desobediencia y rebeldía. Por este motivo, se conmemora todos los años el Día de San Valentín. Además, como curiosidad, en cuanto a la comercialización de esta celebración, la primera reseña que existe es la que señala la norteamericana Esther A. Howland como la precursora de la venta de tarjetas regalo con motivos románticos y dibujos de enamorados que ideó y realizó a mediados de la década de 1840. Unos productos que se vendían por unos centavos en la librería que regentaba su padre en Worcester (Massachusetts) y las cuales se convirtieron en todo un éxito. ¿En qué países se celebra el 14 de febrero? Este 14 de febrero se celebra en muchos países europeos (España, Austria, Bélgica o Francia, entre otros) como el día internacional de los enamorados, sin embargo, no todo el mundo celebra San Valentín el mismo día. Incluso en algunos lugares cambia el significado. Sin salir del viejo continente, destacan Finlandia y Estonia. En estos lugares, el Día de San Valentín es todo un homenaje a la amistad y recibe el nombre de ' Sobrapäev ' y ' Ystävän Paiva ', respectivamente. Incluso suele ser una fecha preferida para pedir matrimonio y casarse. Otro caso curioso es el de Dinamarca y Noruega. Allí se mantiene una tradición que es regalar ' Gaekkebrev ': pequeños poemas con rimas divertidas que los hombres envían a las mujeres de forma anónima. De hecho, el remitente se pone con tantos puntos como letras tenga el nombre del enamorado. Un juego en el que si la mujer acierta quién le envía el poema consigue un huevo de Pascua y si pierde, ella debe dárselo a él. A destacar también, el regalo de 'cerdos' en Alemania o la colocación de cinco hojas de laurel en Inglaterra, una en cada esquina de la almohada y otra en el centro, para intentar atraer al futuro marido. En algunos países de América Latina como Chile, Cuba, Ecuador, Puerto Rico, República Dominicana o Uruguay este día se celebra también el 14 de febrero, un día en el que los regalos más recurrentes son flores, cartas o bombones, entre otros. Por ejemplo, en Puerto Rico este día 14 conmemora el amor y la amistad y se tiene por costumbre intercambiar regalos entre amigos. Por ejemplo postales, chocolates, rosas, peluches o perfumes, entre otros. Es tradición que algunos enamorados se vistan de rojo y, como en Cuba, se creen buzones para depositar las cartas de amor. En otros países como Perú también celebra la amistad y es una costumbre regalar bombones de chocolate confeccionados especialmente para la ocasión. Además, entre los regalos más preciados se encuentran las orquídeas, originales de la flora peruana o la poesía de algunos de sus grandes escritores. Pero la fecha cambia y se traslada a octubre, como en Uruguay. Mientras, en Bolivia se celebra el primer día de primavera, el 21 de septiembre, haciendo exaltación del afecto y del cariño con regalos, flores y tarjetas.
Son múltiples los motivos que pueden llevar al deterioro o eventual quiebre de una relación de pareja, pero hay uno en particular que resalta por sobre los otros. Así lo aseguró un estudio publicado en 2017 en la revista Plos One, el cual revisó los datos de más de 15.000 hombres y mujeres de entre 16 y 74 años, para así conocer cuáles son las razones que llevan al término de un vínculo de este tipo. Al analizar los datos, los investigadores vieron que el principal motivo era el distanciamiento entre ambas partes. Dicho fenómeno es usual en las rutinas de muchas personas. Y pese a que no es nuevo, sí se hace más evidente en tiempos en donde los teléfonos celulares suenan de manera casi permanente. Tanto los correos electrónicos relacionados al trabajo, como los mensajes en grupos y las notificaciones de tu juego favorito pueden hacer que el tiempo frente a la pantalla reste horas junto a tu pareja o tus seres queridos. Incluso, también puede contribuir a que tengas menos espacios para estar contigo mismo, pensando en cuáles son los aspectos que te preocupan o cómo te gustaría invertir tu tiempo. Es así cómo llegamos a la frase que puede pronosticar una crisis en los vínculos de pareja: “No tengo tiempo para mí”. La sexóloga y autora del libro Parejas imperfectas y felices (Arpa Editores, 2022), Núria Jorba, explicó recientemente a El País que se trata de “un tema del que no se habla demasiado”, a pesar de que es uno de los más recurrentes que ve en su consulta. “Normalmente nos fijamos en otras áreas. Se habla de un problema sexual, o de falta de intereses comunes, pero no nos planteamos que quizás uno de los primeros puntos a trabajar es la falta de tiempo ”, aseguró la también psicóloga. Según Jorba, la raíz de estas complicaciones está en qué produce esa falta de espacios. “Lo primero es que nos pone en un estado de estrés, de nerviosismo, de estar acelerados, de estar más irascibles, y eso provoca que puedan generarse más discusiones. No facilita precisamente la conexión (…) Por otro lado, esa falta de tiempo también provoca que la pareja no exista, es decir, que se acabe convirtiendo en un equipo gestor de obligaciones. ¿Por qué? Porque las obligaciones priman: los niños, hacer la cena, ir a comprar, etc. Entonces ¿qué pasa? Que la parte de conexión emocional pasa a segundo lugar y, en el fondo, desaparece, tiene muy poco espacio ”. Cuando ese distanciamiento ocurre, también se tiende a ver una disminución en las actividades que disfrutan juntos, incluida la sexual, precisó la experta. Y pese a que hay parejas con este sentimiento que pueden creer que pasan el tiempo suficiente en compañía del otro, Jorba explicó que esto suele ser a través de acciones que involucran productividad. Entre estas últimas se pueden encontrar desde ir a comprar al supermercado hasta salir a un evento social. Sin embargo, sugirió que “el tiempo que necesitan es ese en el que no se hace nada : estar echados en la cama, poderse duchar los dos juntos con tranquilidad, desayunar sin prisa y dejar fluir las sensaciones”. “ Dar espacio a la posibilidad de que surja una intimidad, una chispa, y eso es algo que no tenemos muy interiorizado y que el tipo de sociedad en la que vivimos, hiperexigente con que todo lo que hacemos tenga un objetivo medible, no facilita”, enfatizó. En caso de que no se preste atención o derechamente se evadan tales señales, se corre el riesgo de que “un día nos demos cuenta de que la pareja ya está desconectada”. Jorba manifestó al citado medio que “no nos tenemos que olvidar que la pareja se alimenta, aparte de por los momentos compartidos, de la individualidad”. “Es decir, si nos vamos con amigos y contamos cómo estamos, si vamos al gimnasio y luego llegamos contentos a casa, si vamos a hacer una actividad que nos guste y luego la explicamos al otro, alimentamos la relación y también tenemos la posibilidad de echarlo de menos”, agregó a El País. En otras palabras, no se trata abandonar tus responsabilidades ni dejar de hacer las actividades que te gustan, sino que más bien, tiene que ver con invertir tiempo para que ambos se sientan en confianza y disfruten juntos de su vínculo. Para lograr aquello, también es clave que cada parte sienta que tiene espacios para sí misma. De esa manera, además podrán conversar constructivamente sobre cuáles son los puntos que deben trabajar en conjunto. “Eso sí, cada pareja tiene que encontrar su forma de hacerlo, ya que no hay una forma correcta de ser pareja”, sentenció la autora del libro. Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar posibles problemáticas y las mejores formas de abordarlas.
Esta fecha, ha adoptado distintos nombres, Día de San Valentín, Día de los enamorados o Día del amor y la amistad, pero ¿cuál es el origen de esta celebración tan particular? Esta festividad, asimilada por la iglesia católica, se remonta al siglo III en Roma, donde un sacerdote llamado Valentín se opuso a la orden del emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, considerando que los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras y vínculos sentimentales. Valentín, opuesto al decreto del emperador, comenzó a celebrar en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se popularizó que San Valentín sea el patrón de los enamorados). Al enterarse, Claudio II sentenció a muerte a San Valentín, el 14 de febrero del año 270, alegando desobediencia y rebeldía. Por este motivo, se conmemora todos los años el Día de San Valentín. Además, como curiosidad, en cuanto a la comercialización de esta celebración, la primera reseña que existe es la que señala la norteamericana Esther A. Howland como la precursora de la venta de tarjetas regalo con motivos románticos y dibujos de enamorados que ideó y realizó a mediados de la década de 1840. Unos productos que se vendían por unos centavos en la librería que regentaba su padre en Worcester (Massachusetts) y las cuales se convirtieron en todo un éxito. ¿En qué países se celebra el 14 de febrero? Este 14 de febrero se celebra en muchos países europeos (España, Austria, Bélgica o Francia, entre otros) como el día internacional de los enamorados, sin embargo, no todo el mundo celebra San Valentín el mismo día. Incluso en algunos lugares cambia el significado. Sin salir del viejo continente, destacan Finlandia y Estonia. En estos lugares, el Día de San Valentín es todo un homenaje a la amistad y recibe el nombre de ' Sobrapäev ' y ' Ystävän Paiva ', respectivamente. Incluso suele ser una fecha preferida para pedir matrimonio y casarse. Otro caso curioso es el de Dinamarca y Noruega. Allí se mantiene una tradición que es regalar ' Gaekkebrev ': pequeños poemas con rimas divertidas que los hombres envían a las mujeres de forma anónima. De hecho, el remitente se pone con tantos puntos como letras tenga el nombre del enamorado. Un juego en el que si la mujer acierta quién le envía el poema consigue un huevo de Pascua y si pierde, ella debe dárselo a él. A destacar también, el regalo de 'cerdos' en Alemania o la colocación de cinco hojas de laurel en Inglaterra, una en cada esquina de la almohada y otra en el centro, para intentar atraer al futuro marido. En algunos países de América Latina como Chile, Cuba, Ecuador, Puerto Rico, República Dominicana o Uruguay este día se celebra también el 14 de febrero, un día en el que los regalos más recurrentes son flores, cartas o bombones, entre otros. Por ejemplo, en Puerto Rico este día 14 conmemora el amor y la amistad y se tiene por costumbre intercambiar regalos entre amigos. Por ejemplo postales, chocolates, rosas, peluches o perfumes, entre otros. Es tradición que algunos enamorados se vistan de rojo y, como en Cuba, se creen buzones para depositar las cartas de amor. En otros países como Perú también celebra la amistad y es una costumbre regalar bombones de chocolate confeccionados especialmente para la ocasión. Además, entre los regalos más preciados se encuentran las orquídeas, originales de la flora peruana o la poesía de algunos de sus grandes escritores. Pero la fecha cambia y se traslada a octubre, como en Uruguay. Mientras, en Bolivia se celebra el primer día de primavera, el 21 de septiembre, haciendo exaltación del afecto y del cariño con regalos, flores y tarjetas.
Son múltiples los motivos que pueden llevar al deterioro o eventual quiebre de una relación de pareja, pero hay uno en particular que resalta por sobre los otros. Así lo aseguró un estudio publicado en 2017 en la revista Plos One, el cual revisó los datos de más de 15.000 hombres y mujeres de entre 16 y 74 años, para así conocer cuáles son las razones que llevan al término de un vínculo de este tipo. Al analizar los datos, los investigadores vieron que el principal motivo era el distanciamiento entre ambas partes. Dicho fenómeno es usual en las rutinas de muchas personas. Y pese a que no es nuevo, sí se hace más evidente en tiempos en donde los teléfonos celulares suenan de manera casi permanente. Tanto los correos electrónicos relacionados al trabajo, como los mensajes en grupos y las notificaciones de tu juego favorito pueden hacer que el tiempo frente a la pantalla reste horas junto a tu pareja o tus seres queridos. Incluso, también puede contribuir a que tengas menos espacios para estar contigo mismo, pensando en cuáles son los aspectos que te preocupan o cómo te gustaría invertir tu tiempo. Es así cómo llegamos a la frase que puede pronosticar una crisis en los vínculos de pareja: “No tengo tiempo para mí”. La sexóloga y autora del libro Parejas imperfectas y felices (Arpa Editores, 2022), Núria Jorba, explicó recientemente a El País que se trata de “un tema del que no se habla demasiado”, a pesar de que es uno de los más recurrentes que ve en su consulta. “Normalmente nos fijamos en otras áreas. Se habla de un problema sexual, o de falta de intereses comunes, pero no nos planteamos que quizás uno de los primeros puntos a trabajar es la falta de tiempo ”, aseguró la también psicóloga. Según Jorba, la raíz de estas complicaciones está en qué produce esa falta de espacios. “Lo primero es que nos pone en un estado de estrés, de nerviosismo, de estar acelerados, de estar más irascibles, y eso provoca que puedan generarse más discusiones. No facilita precisamente la conexión (…) Por otro lado, esa falta de tiempo también provoca que la pareja no exista, es decir, que se acabe convirtiendo en un equipo gestor de obligaciones. ¿Por qué? Porque las obligaciones priman: los niños, hacer la cena, ir a comprar, etc. Entonces ¿qué pasa? Que la parte de conexión emocional pasa a segundo lugar y, en el fondo, desaparece, tiene muy poco espacio ”. Cuando ese distanciamiento ocurre, también se tiende a ver una disminución en las actividades que disfrutan juntos, incluida la sexual, precisó la experta. Y pese a que hay parejas con este sentimiento que pueden creer que pasan el tiempo suficiente en compañía del otro, Jorba explicó que esto suele ser a través de acciones que involucran productividad. Entre estas últimas se pueden encontrar desde ir a comprar al supermercado hasta salir a un evento social. Sin embargo, sugirió que “el tiempo que necesitan es ese en el que no se hace nada : estar echados en la cama, poderse duchar los dos juntos con tranquilidad, desayunar sin prisa y dejar fluir las sensaciones”. “ Dar espacio a la posibilidad de que surja una intimidad, una chispa, y eso es algo que no tenemos muy interiorizado y que el tipo de sociedad en la que vivimos, hiperexigente con que todo lo que hacemos tenga un objetivo medible, no facilita”, enfatizó. En caso de que no se preste atención o derechamente se evadan tales señales, se corre el riesgo de que “un día nos demos cuenta de que la pareja ya está desconectada”. Jorba manifestó al citado medio que “no nos tenemos que olvidar que la pareja se alimenta, aparte de por los momentos compartidos, de la individualidad”. “Es decir, si nos vamos con amigos y contamos cómo estamos, si vamos al gimnasio y luego llegamos contentos a casa, si vamos a hacer una actividad que nos guste y luego la explicamos al otro, alimentamos la relación y también tenemos la posibilidad de echarlo de menos”, agregó a El País. En otras palabras, no se trata abandonar tus responsabilidades ni dejar de hacer las actividades que te gustan, sino que más bien, tiene que ver con invertir tiempo para que ambos se sientan en confianza y disfruten juntos de su vínculo. Para lograr aquello, también es clave que cada parte sienta que tiene espacios para sí misma. De esa manera, además podrán conversar constructivamente sobre cuáles son los puntos que deben trabajar en conjunto. “Eso sí, cada pareja tiene que encontrar su forma de hacerlo, ya que no hay una forma correcta de ser pareja”, sentenció la autora del libro. Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar posibles problemáticas y las mejores formas de abordarlas.