La celebración de Halloween ha puesto en alerta a la Autoridad Sanitaria regional, que ha revelado un preocupante panorama: el 60% de los locales que venden juguetes fiscalizados han sido objeto de un Sumario Sanitario. Esto se traduce en que seis de cada diez inspecciones de la Seremi de Salud a estos comercios han terminado con procedimientos sancionatorios. Así lo informó la seremi de Salud (s), Leonor Castillo, quien precisó que las fiscalizaciones, realizadas en Antofagasta, Calama, Tocopilla y Mejillones por la Unidad de Salud Ambiental, buscan resguardar la salud de la población infantil de elementos peligrosos y tóxicos, especialmente sensibles en el contexto de la festividad de Halloween, donde aumenta la compra de disfraces y accesorios. Ante esto, los sumarios se han originado principalmente por el incumplimiento del Decreto Supremo 114 de 2005, el cual regula el Reglamento de los Juguetes. Castillo explicó que, entre las principales falencias, se encuentra la ausencia del etiquetado en idioma español. Este rótulo debe detallar la procedencia del artículo y las recomendaciones de edad para su uso. Asimismo, la autoridad sanitaria enfatizó que los dueños de los locales deben, además, poseer tres documentos fundamentales: el certificado de procedencia, el análisis de inflamabilidad y el análisis de composición química de los productos. La falta de esta documentación es el motivo por el cual la Autoridad Sanitaria inicia el sumario y exige el retiro inmediato de los artículos de la venta. En el marco de esta labor, hoy a mediodía se realizó una nueva fiscalización en el local Shoping Casa de Condell con Baquedano en la capital regional. Finalmente, la seremi de Salud (s) Leonor Castillo hizo un llamado a la ciudadanía a adquirir productos exclusivamente en el comercio establecido y a ser rigurosos en verificar que los juguetes y accesorios de Halloween cuenten con la rotulación adecuada en español, prestando atención a todas las advertencias señaladas. Los locales sumariados arriesgan sanciones que fluctúan entre un décimo y las mil UTM.
La celebración de Halloween ha puesto en alerta a la Autoridad Sanitaria regional, que ha revelado un preocupante panorama: el 60% de los locales que venden juguetes fiscalizados han sido objeto de un Sumario Sanitario. Esto se traduce en que seis de cada diez inspecciones de la Seremi de Salud a estos comercios han terminado con procedimientos sancionatorios. Así lo informó la seremi de Salud (s), Leonor Castillo, quien precisó que las fiscalizaciones, realizadas en Antofagasta, Calama, Tocopilla y Mejillones por la Unidad de Salud Ambiental, buscan resguardar la salud de la población infantil de elementos peligrosos y tóxicos, especialmente sensibles en el contexto de la festividad de Halloween, donde aumenta la compra de disfraces y accesorios. Ante esto, los sumarios se han originado principalmente por el incumplimiento del Decreto Supremo 114 de 2005, el cual regula el Reglamento de los Juguetes. Castillo explicó que, entre las principales falencias, se encuentra la ausencia del etiquetado en idioma español. Este rótulo debe detallar la procedencia del artículo y las recomendaciones de edad para su uso. Asimismo, la autoridad sanitaria enfatizó que los dueños de los locales deben, además, poseer tres documentos fundamentales: el certificado de procedencia, el análisis de inflamabilidad y el análisis de composición química de los productos. La falta de esta documentación es el motivo por el cual la Autoridad Sanitaria inicia el sumario y exige el retiro inmediato de los artículos de la venta. En el marco de esta labor, hoy a mediodía se realizó una nueva fiscalización en el local Shoping Casa de Condell con Baquedano en la capital regional. Finalmente, la seremi de Salud (s) Leonor Castillo hizo un llamado a la ciudadanía a adquirir productos exclusivamente en el comercio establecido y a ser rigurosos en verificar que los juguetes y accesorios de Halloween cuenten con la rotulación adecuada en español, prestando atención a todas las advertencias señaladas. Los locales sumariados arriesgan sanciones que fluctúan entre un décimo y las mil UTM.