Seis suboficiales activos del Ejército de Chile y un civil fueron detenidos por el OS7 de Carabineros tras ser identificados como parte de una banda organizada dedicada al tráfico de drogas. La operación, que se gestó gracias a una denuncia interna de la propia institución militar, permitió incautar 192 kilos de cocaína y pasta base, además de tres vehículos utilizados para el transporte de la sustancia ilícita. Ante esto, el general director de Carabineros, Marcelo Araya, detalló que la droga, avaluada en aproximadamente $3 mil millones, era internada al país para ser trasladada desde la región de Tarapacá hasta la región Metropolitana. Por su parte, el general de División Comandante de Operaciones Terrestres del Ejército, Pedro Varela, confirmó que los aprehendidos son seis suboficiales pertenecientes a la Segunda Brigada Acorazada de Cazadores de Pozo Almonte. Varela enfatizó la gravedad de los hechos, calificándolos deinaceptables y unafalta gravísima a los valores militares, y anunció que el Ejército ya inició los trámites para dar de baja a los funcionarios involucrados. Asimismo, la fiscal regional de Tarapacá, Trinidad Steinert, destacó la importancia de la denuncia inicial del Ejército, que surgió de sus propios controles internos. La investigación reveló que la organización criminal operaba con una clara división de funciones, donde algunos coordinaban el traslado de la droga, otros, los vehículos y quienes actuaban como transportistas, no utilizando sus uniformes durante las operaciones. Finalmente, la detención de los involucrados se amplió hasta el próximo jueves 26 de junio, fecha en la que se llevará a cabo la audiencia de formalización en Iquique, donde se les imputará el delito de tráfico de drogas y se definirán sus medidas cautelares. El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, calificó la situación comodelicada para el Gobierno y las instituciones, pero valoró la rápida reacción y los mecanismos de control interno del Ejército para detectar la situación. Cordero añadió que la investigación continuará para determinar cómo se contactaron los implicados y quiénes eran sus distribuidores, aunque no existen antecedentes que sugieran una extensión mayor de la banda dentro de la institución militar.
Seis suboficiales activos del Ejército de Chile y un civil fueron detenidos por el OS7 de Carabineros tras ser identificados como parte de una banda organizada dedicada al tráfico de drogas. La operación, que se gestó gracias a una denuncia interna de la propia institución militar, permitió incautar 192 kilos de cocaína y pasta base, además de tres vehículos utilizados para el transporte de la sustancia ilícita. Ante esto, el general director de Carabineros, Marcelo Araya, detalló que la droga, avaluada en aproximadamente $3 mil millones, era internada al país para ser trasladada desde la región de Tarapacá hasta la región Metropolitana. Por su parte, el general de División Comandante de Operaciones Terrestres del Ejército, Pedro Varela, confirmó que los aprehendidos son seis suboficiales pertenecientes a la Segunda Brigada Acorazada de Cazadores de Pozo Almonte. Varela enfatizó la gravedad de los hechos, calificándolos deinaceptables y unafalta gravísima a los valores militares, y anunció que el Ejército ya inició los trámites para dar de baja a los funcionarios involucrados. Asimismo, la fiscal regional de Tarapacá, Trinidad Steinert, destacó la importancia de la denuncia inicial del Ejército, que surgió de sus propios controles internos. La investigación reveló que la organización criminal operaba con una clara división de funciones, donde algunos coordinaban el traslado de la droga, otros, los vehículos y quienes actuaban como transportistas, no utilizando sus uniformes durante las operaciones. Finalmente, la detención de los involucrados se amplió hasta el próximo jueves 26 de junio, fecha en la que se llevará a cabo la audiencia de formalización en Iquique, donde se les imputará el delito de tráfico de drogas y se definirán sus medidas cautelares. El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, calificó la situación comodelicada para el Gobierno y las instituciones, pero valoró la rápida reacción y los mecanismos de control interno del Ejército para detectar la situación. Cordero añadió que la investigación continuará para determinar cómo se contactaron los implicados y quiénes eran sus distribuidores, aunque no existen antecedentes que sugieran una extensión mayor de la banda dentro de la institución militar.