Una de las señales judiciales más contundentes contra el crimen organizado en el norte del país se conoció este domingo 7 de diciembre en Antofagasta. El Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos (Sacfi) informó que el Tribunal Oral dictó una condena total de 184 años de cárcel contra una organización criminal de origen colombiano que operaba desde el campamento Génesis II, un sector identificado desde hace años como foco de violencia y control territorial ilícito. El cabecilla del grupo, Javier Valencia González, alias “Zeus”, recibió 77 años de presidio. El resto de los integrantes acumuló penas que suman 107 años, según detalló el tribunal en una sentencia que supera las 300 páginas. La resolución acreditó delitos como asociación criminal, tráfico de drogas, homicidios consumados y frustrados, lesiones, amenazas y porte ilegal de armas y municiones, configurando un extenso catálogo que refleja la violencia con que la banda operaba. El fiscal regional Juan Castro Bekios destacó la magnitud de las penas, señalando que la Fiscalía de Análisis y Criminalidad Compleja había solicitado sanciones cercanas a los 300 años por 46 delitos imputados a nueve miembros de la estructura, lo que evidencia la complejidad del caso y el estándar probatorio aplicado. La investigación fue desarrollada junto a unidades especializadas de la PDI, en un proceso que se extendió por más de un mes de juicio y que requirió medidas especiales de seguridad para jueces, fiscales y testigos. El caso de Génesis II había adquirido notoriedad por los diagnósticos del Ministerio Público y las policías sobre asentamientos donde bandas intentan imponer economías ilegales y sistemas de intimidación sobre sus habitantes. En ese contexto, la sentencia es interpretada como un paso decisivo para recuperar territorios que, durante años, estuvieron bajo la influencia de grupos violentos. Aunque la resolución fue catalogada como un golpe histórico al crimen organizado, el proceso judicial no está cerrado. Las defensas cuentan con plazo legal para presentar recursos, un trámite habitual en causas de alta complejidad y condenas extensas. Con esta resolución, el Sacfi de Antofagasta suma un hito relevante en la persecución penal del crimen organizado, estableciendo un precedente que busca frenar estructuras que operen con métodos de violencia y control territorial en la región.
En los próximos días serán habilitados dos módulos de Máxima Seguridad en el Complejo Penitenciario de Antofagasta, con capacidad para 100 internos considerados de alto compromiso delictual. Cada uno permanecerá en celdas individuales y bajo un estricto régimen, similar al aplicado desde hace un año en el Recinto Especial Penitenciario de Alta Seguridad (REPAS) en Santiago. Con esta medida, Antofagasta se convertirá en la segunda región del país en contar con un sistema diseñado bajo estándares de máxima seguridad, orientado a la custodia de líderes y miembros de bandas de crimen organizado. Los internos deberán usar uniforme institucional y tendrán un régimen de visitas restringido mediante locutorio, sin contacto físico. El anuncio fue realizado por el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Gajardo Falcón, junto al director nacional de Gendarmería, Rubén Pérez Riquelme, tras inspeccionar el avance de las obras. El poblamiento de los módulos será gradual. El ministro Gajardo enfatizó que el objetivo es impedir que, como ha ocurrido en otros países de la región, las bandas criminales se fortalezcan desde el interior de las cárceles. “Una vez que los líderes estén en prisión, debemos separarlos, cortar su contacto con el exterior y evitar que sigan operando”, señaló. Por su parte, Rubén Pérez explicó que se aplicará un régimen de control riguroso, con protocolos estratégicos que no pueden detallarse públicamente, pero que consideran un modelo replicable en otras regiones. El sistema incluye celdas monitoreadas 24 horas con circuito cerrado de televisión, control de encomiendas, calendarización de lavandería institucional, limitación de salidas a patio y atención psicosocial y de salud periódica. Durante la visita, participaron también la seremi de Justicia de Antofagasta, Trissy Figueroa, y el director regional de Gendarmería, coronel Rodrigo Salinas Robles, quienes destacaron que la iniciativa forma parte del esfuerzo nacional por reforzar la seguridad pública y contener la influencia del crimen organizado desde los recintos penitenciarios.
El exmilitante de Revolución Democrática y protagonista del caso Democracia Viva, Daniel Andrade, anunció su regreso laboral para el último cuatrimestre de 2025, esta vez como profesor auxiliar en la fundación Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda), institución cofundada por el abogado comunista Manuel Riesco. Andrade, ingeniero civil, dictará el curso Introducción a la Economía Política Clásica, que se desarrollará de septiembre a diciembre de manera telemática, con clases los sábados. El programa incluye lecturas de El Capital de Karl Marx y estudios de teorías de Adam Smith y David Ricardo. El valor del curso será de $40 mil mensuales para público general y $20 mil para estudiantes. El retorno de Andrade se da mientras la Fiscalía de Antofagasta solicitó en agosto 10 años de cárcel para él y su expareja, la exdiputada Catalina Pérez, por presunto fraude al fisco de $426 millones. La acusación también involucra al exseremi y exjefe de gabinete Carlos Contreras, para quien se pidieron 35 años de presidio. La causa fue reabierta por 45 días este mes, luego de que la defensa de Andrade alegara diligencias pendientes. En redes sociales, Andrade expresó su entusiasmo: “Estoy muy contento de compartirles que este semestre participaré como profesor auxiliar”, señaló en Instagram.
Una de las señales judiciales más contundentes contra el crimen organizado en el norte del país se conoció este domingo 7 de diciembre en Antofagasta. El Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos (Sacfi) informó que el Tribunal Oral dictó una condena total de 184 años de cárcel contra una organización criminal de origen colombiano que operaba desde el campamento Génesis II, un sector identificado desde hace años como foco de violencia y control territorial ilícito. El cabecilla del grupo, Javier Valencia González, alias “Zeus”, recibió 77 años de presidio. El resto de los integrantes acumuló penas que suman 107 años, según detalló el tribunal en una sentencia que supera las 300 páginas. La resolución acreditó delitos como asociación criminal, tráfico de drogas, homicidios consumados y frustrados, lesiones, amenazas y porte ilegal de armas y municiones, configurando un extenso catálogo que refleja la violencia con que la banda operaba. El fiscal regional Juan Castro Bekios destacó la magnitud de las penas, señalando que la Fiscalía de Análisis y Criminalidad Compleja había solicitado sanciones cercanas a los 300 años por 46 delitos imputados a nueve miembros de la estructura, lo que evidencia la complejidad del caso y el estándar probatorio aplicado. La investigación fue desarrollada junto a unidades especializadas de la PDI, en un proceso que se extendió por más de un mes de juicio y que requirió medidas especiales de seguridad para jueces, fiscales y testigos. El caso de Génesis II había adquirido notoriedad por los diagnósticos del Ministerio Público y las policías sobre asentamientos donde bandas intentan imponer economías ilegales y sistemas de intimidación sobre sus habitantes. En ese contexto, la sentencia es interpretada como un paso decisivo para recuperar territorios que, durante años, estuvieron bajo la influencia de grupos violentos. Aunque la resolución fue catalogada como un golpe histórico al crimen organizado, el proceso judicial no está cerrado. Las defensas cuentan con plazo legal para presentar recursos, un trámite habitual en causas de alta complejidad y condenas extensas. Con esta resolución, el Sacfi de Antofagasta suma un hito relevante en la persecución penal del crimen organizado, estableciendo un precedente que busca frenar estructuras que operen con métodos de violencia y control territorial en la región.
En los próximos días serán habilitados dos módulos de Máxima Seguridad en el Complejo Penitenciario de Antofagasta, con capacidad para 100 internos considerados de alto compromiso delictual. Cada uno permanecerá en celdas individuales y bajo un estricto régimen, similar al aplicado desde hace un año en el Recinto Especial Penitenciario de Alta Seguridad (REPAS) en Santiago. Con esta medida, Antofagasta se convertirá en la segunda región del país en contar con un sistema diseñado bajo estándares de máxima seguridad, orientado a la custodia de líderes y miembros de bandas de crimen organizado. Los internos deberán usar uniforme institucional y tendrán un régimen de visitas restringido mediante locutorio, sin contacto físico. El anuncio fue realizado por el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Gajardo Falcón, junto al director nacional de Gendarmería, Rubén Pérez Riquelme, tras inspeccionar el avance de las obras. El poblamiento de los módulos será gradual. El ministro Gajardo enfatizó que el objetivo es impedir que, como ha ocurrido en otros países de la región, las bandas criminales se fortalezcan desde el interior de las cárceles. “Una vez que los líderes estén en prisión, debemos separarlos, cortar su contacto con el exterior y evitar que sigan operando”, señaló. Por su parte, Rubén Pérez explicó que se aplicará un régimen de control riguroso, con protocolos estratégicos que no pueden detallarse públicamente, pero que consideran un modelo replicable en otras regiones. El sistema incluye celdas monitoreadas 24 horas con circuito cerrado de televisión, control de encomiendas, calendarización de lavandería institucional, limitación de salidas a patio y atención psicosocial y de salud periódica. Durante la visita, participaron también la seremi de Justicia de Antofagasta, Trissy Figueroa, y el director regional de Gendarmería, coronel Rodrigo Salinas Robles, quienes destacaron que la iniciativa forma parte del esfuerzo nacional por reforzar la seguridad pública y contener la influencia del crimen organizado desde los recintos penitenciarios.
El exmilitante de Revolución Democrática y protagonista del caso Democracia Viva, Daniel Andrade, anunció su regreso laboral para el último cuatrimestre de 2025, esta vez como profesor auxiliar en la fundación Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda), institución cofundada por el abogado comunista Manuel Riesco. Andrade, ingeniero civil, dictará el curso Introducción a la Economía Política Clásica, que se desarrollará de septiembre a diciembre de manera telemática, con clases los sábados. El programa incluye lecturas de El Capital de Karl Marx y estudios de teorías de Adam Smith y David Ricardo. El valor del curso será de $40 mil mensuales para público general y $20 mil para estudiantes. El retorno de Andrade se da mientras la Fiscalía de Antofagasta solicitó en agosto 10 años de cárcel para él y su expareja, la exdiputada Catalina Pérez, por presunto fraude al fisco de $426 millones. La acusación también involucra al exseremi y exjefe de gabinete Carlos Contreras, para quien se pidieron 35 años de presidio. La causa fue reabierta por 45 días este mes, luego de que la defensa de Andrade alegara diligencias pendientes. En redes sociales, Andrade expresó su entusiasmo: “Estoy muy contento de compartirles que este semestre participaré como profesor auxiliar”, señaló en Instagram.