La ciudad de Antofagasta ha dado un paso fundamental en su preparación ante eventos climáticos extremos con la entrega de la primera etapa de las obras de control aluvional en la Quebrada Bonilla. La Ministra de Obras Públicas, Jessica López, junto a la representante en Chile del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Georgiana Braga-Orillard, encabezaron la ceremonia de entrega de esta infraestructura, considerada vital para mitigar el riesgo de aluviones en una de las 15 quebradas que cruzan la ciudad. Este proyecto, que forma parte de la iniciativa “AdaptaClima”, es ejecutado por el PNUD con fondos del CAF - Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, en una alianza estratégica con el Ministerio del Medio Ambiente, el Ministerio de Obras Públicas y en coordinación con Senapred y la Dirección Meteorológica de Chile. La crisis climática exige acciones urgentes y con visión de futuro. Este proyecto de control aluvional, liderado por el PNUD, es esencial para que Antofagasta sea más resiliente a los desastres, protegiendo tanto la infraestructura como, lo más importante, la vida de las personas, enfatizó la Ministra Jessica López. La secretaria de Estado detalló que las etapas dos y tres del proyecto serán financiadas y ejecutadas por la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP, con la segunda fase ya en proceso de licitación para iniciar obras este año y la tercera proyectada para 2026. La inversión total del proyecto superará los $14 mil millones, transformando a la Quebrada Bonilla en un referente de protección para la comunidad. Por su parte, Georgiana Braga-Orillard del PNUD destacó la relevancia de la obra:En Antofagasta, hemos culminado la primera etapa de la Obra de Control Aluvional en la Quebrada Bonilla, implementada por el PNUD. Esta infraestructura, pionera en Chile, fue diseñada incorporando proyecciones de cambio climático, y busca mitigar los efectos de eventos aluvionales en la zona. Con una inversión superior a los $2.900 millones en esta fase inicial, marca un avance crucial hacia obras públicas más resilientes y adaptadas al futuro climático del norte del país. La primera etapa de las obras incluyó la construcción de estructuras de retención de material sólido, muros de encauzamiento, estabilizadores de pendientes, y canales de hormigón, elementos diseñados para contener y encauzar el flujo de agua y sedimentos en caso de un evento aluvional. Las fases subsiguientes abordarán el brazo sur de la quebrada y la confluencia de sus afluentes. Finalmente, más allá de la infraestructura física, la iniciativa ha contemplado estudios exhaustivos para actualizar los diseños de las obras, incorporar metodologías de cambio climático en proyectos hidráulicos para el norte de Chile, y un fuerte componente de trabajo comunitario. Este último incluyó capacitaciones en riesgos hidrometeorológicos, primeros socorros, gestión de riesgo de desastres y salud mental, preparando a la comunidad para enfrentar de mejor manera futuras emergencias.
Con la presencia del alcalde Sacha Razmilic, representantes de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) y entusiastas dirigentes de juntas de vecinos del sector, se llevó a cabo la cuarta edición de las Jornadas de Participación Ciudadana enfocadas en el crucial proyecto de control aluvional que se está desarrollando en la Quebrada Bonilla. El punto central de la jornada fue una significativa visita a terreno, donde los asistentes pudieron constatar de primera mano el notable progreso de las obras, que actualmente exhiben un alentador 85% de avance en su primera etapa de construcción. Durante el exhaustivo recorrido, la máxima autoridad comunal, acompañada de los expertos de la DOH y los líderes comunitarios, inspeccionó meticulosamente los diversos componentes estratégicos del proyecto. Entre ellos destacaron el robusto muro guardarradier, diseñado para interceptar y desviar flujos aluvionales; las vitales piscinas aluvionales, destinadas a contener y regular las aguas torrenciales; y el sólido muro estabilizador, crucial para prevenir deslizamientos de tierra. Esta instancia fue unánimemente valorada por los participantes como una oportunidad invaluable para disipar dudas, obtener información detallada y comprender cabalmente el impacto tangible que el proyecto tendrá en su entorno cotidiano y futuro. Ante esto, el alcalde Razmilic, visiblemente comprometido con la iniciativa, subrayó la trascendental importancia de esta obra para la ciudad, especialmente en el contexto de un acelerado cambio climático. En sus palabras, enfatizó la creciente probabilidad de eventos de lluvias intensas con remoción en masa, recordando dolorosamente el aluvión de 1991 y los recientes desastres en Taltal y Tocopilla. Por ello, recalcó la necesidad de que los futuros beneficiarios comprendan la magnitud del proyecto y participen activamente en su cuidado a través de un proceso de educación continua. Asimismo, la jornada también brindó un espacio para la presentación del equipo técnico de AdaptaClima, quienes contextualizaron la relevancia intrínseca de la participación ciudadana en la concepción e implementación de infraestructura que sea no solo resiliente sino también sostenible a largo plazo. De este modo, Claudia Apaz, ingeniera asesora en cambio climático del proyecto AdaptaClima, destacó la significación de estas instancias de encuentro, calificándolas como un hito relevante en la fase final de la primera etapa constructiva. Subrayó la importancia de realizar la visita in situ, involucrando directamente a la comunidad, al alcalde y a los profesionales de la DOH. Para Pamela Barrera, una activa dirigente y miembro del comité de seguridad del pasaje Arturo Pérez Canto, la jornada representó una experiencia profundamente significativa. Expresó su agradecimiento por la oportunidad de visitar la obra y constatar el arduo trabajo realizado tanto en la etapa de planificación como en la construcción misma. Conmovida, Barrera, quien es sobreviviente del devastador aluvión del 91, reconoció el valor incalculable de estas obras para retrasar futuros eventos y brindar a los vecinos el tiempo crucial para evacuar hacia zonas seguras en caso de emergencia. Finalmente, esta trascendental obra forma parte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile y cuenta con el respaldo financiero del Fondo de Adaptación y del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF). La iniciativa tiene como objetivo primordial mitigar los graves efectos de los desastres naturales en zonas de alto riesgo, protegiendo así la vida y el bienestar de las comunidades que residen en ellas.
La ciudad de Antofagasta ha dado un paso fundamental en su preparación ante eventos climáticos extremos con la entrega de la primera etapa de las obras de control aluvional en la Quebrada Bonilla. La Ministra de Obras Públicas, Jessica López, junto a la representante en Chile del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Georgiana Braga-Orillard, encabezaron la ceremonia de entrega de esta infraestructura, considerada vital para mitigar el riesgo de aluviones en una de las 15 quebradas que cruzan la ciudad. Este proyecto, que forma parte de la iniciativa “AdaptaClima”, es ejecutado por el PNUD con fondos del CAF - Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, en una alianza estratégica con el Ministerio del Medio Ambiente, el Ministerio de Obras Públicas y en coordinación con Senapred y la Dirección Meteorológica de Chile. La crisis climática exige acciones urgentes y con visión de futuro. Este proyecto de control aluvional, liderado por el PNUD, es esencial para que Antofagasta sea más resiliente a los desastres, protegiendo tanto la infraestructura como, lo más importante, la vida de las personas, enfatizó la Ministra Jessica López. La secretaria de Estado detalló que las etapas dos y tres del proyecto serán financiadas y ejecutadas por la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP, con la segunda fase ya en proceso de licitación para iniciar obras este año y la tercera proyectada para 2026. La inversión total del proyecto superará los $14 mil millones, transformando a la Quebrada Bonilla en un referente de protección para la comunidad. Por su parte, Georgiana Braga-Orillard del PNUD destacó la relevancia de la obra:En Antofagasta, hemos culminado la primera etapa de la Obra de Control Aluvional en la Quebrada Bonilla, implementada por el PNUD. Esta infraestructura, pionera en Chile, fue diseñada incorporando proyecciones de cambio climático, y busca mitigar los efectos de eventos aluvionales en la zona. Con una inversión superior a los $2.900 millones en esta fase inicial, marca un avance crucial hacia obras públicas más resilientes y adaptadas al futuro climático del norte del país. La primera etapa de las obras incluyó la construcción de estructuras de retención de material sólido, muros de encauzamiento, estabilizadores de pendientes, y canales de hormigón, elementos diseñados para contener y encauzar el flujo de agua y sedimentos en caso de un evento aluvional. Las fases subsiguientes abordarán el brazo sur de la quebrada y la confluencia de sus afluentes. Finalmente, más allá de la infraestructura física, la iniciativa ha contemplado estudios exhaustivos para actualizar los diseños de las obras, incorporar metodologías de cambio climático en proyectos hidráulicos para el norte de Chile, y un fuerte componente de trabajo comunitario. Este último incluyó capacitaciones en riesgos hidrometeorológicos, primeros socorros, gestión de riesgo de desastres y salud mental, preparando a la comunidad para enfrentar de mejor manera futuras emergencias.
Con la presencia del alcalde Sacha Razmilic, representantes de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) y entusiastas dirigentes de juntas de vecinos del sector, se llevó a cabo la cuarta edición de las Jornadas de Participación Ciudadana enfocadas en el crucial proyecto de control aluvional que se está desarrollando en la Quebrada Bonilla. El punto central de la jornada fue una significativa visita a terreno, donde los asistentes pudieron constatar de primera mano el notable progreso de las obras, que actualmente exhiben un alentador 85% de avance en su primera etapa de construcción. Durante el exhaustivo recorrido, la máxima autoridad comunal, acompañada de los expertos de la DOH y los líderes comunitarios, inspeccionó meticulosamente los diversos componentes estratégicos del proyecto. Entre ellos destacaron el robusto muro guardarradier, diseñado para interceptar y desviar flujos aluvionales; las vitales piscinas aluvionales, destinadas a contener y regular las aguas torrenciales; y el sólido muro estabilizador, crucial para prevenir deslizamientos de tierra. Esta instancia fue unánimemente valorada por los participantes como una oportunidad invaluable para disipar dudas, obtener información detallada y comprender cabalmente el impacto tangible que el proyecto tendrá en su entorno cotidiano y futuro. Ante esto, el alcalde Razmilic, visiblemente comprometido con la iniciativa, subrayó la trascendental importancia de esta obra para la ciudad, especialmente en el contexto de un acelerado cambio climático. En sus palabras, enfatizó la creciente probabilidad de eventos de lluvias intensas con remoción en masa, recordando dolorosamente el aluvión de 1991 y los recientes desastres en Taltal y Tocopilla. Por ello, recalcó la necesidad de que los futuros beneficiarios comprendan la magnitud del proyecto y participen activamente en su cuidado a través de un proceso de educación continua. Asimismo, la jornada también brindó un espacio para la presentación del equipo técnico de AdaptaClima, quienes contextualizaron la relevancia intrínseca de la participación ciudadana en la concepción e implementación de infraestructura que sea no solo resiliente sino también sostenible a largo plazo. De este modo, Claudia Apaz, ingeniera asesora en cambio climático del proyecto AdaptaClima, destacó la significación de estas instancias de encuentro, calificándolas como un hito relevante en la fase final de la primera etapa constructiva. Subrayó la importancia de realizar la visita in situ, involucrando directamente a la comunidad, al alcalde y a los profesionales de la DOH. Para Pamela Barrera, una activa dirigente y miembro del comité de seguridad del pasaje Arturo Pérez Canto, la jornada representó una experiencia profundamente significativa. Expresó su agradecimiento por la oportunidad de visitar la obra y constatar el arduo trabajo realizado tanto en la etapa de planificación como en la construcción misma. Conmovida, Barrera, quien es sobreviviente del devastador aluvión del 91, reconoció el valor incalculable de estas obras para retrasar futuros eventos y brindar a los vecinos el tiempo crucial para evacuar hacia zonas seguras en caso de emergencia. Finalmente, esta trascendental obra forma parte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile y cuenta con el respaldo financiero del Fondo de Adaptación y del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF). La iniciativa tiene como objetivo primordial mitigar los graves efectos de los desastres naturales en zonas de alto riesgo, protegiendo así la vida y el bienestar de las comunidades que residen en ellas.